El primer paso para gestionar adecuadamente la influencia de las emociones en nuestra salud, es tomar conciencia. A priori puede parecer sencillo, pero tenemos nuestros patrones tan integrados dentro de nosotros, que en muchas ocasiones somos capaces de argumentar, excusar y justificar por qué no tomamos la acción de soltar algo que nos hace sentir emocionalmente mal sin tomar conciencia de ello.
Hemos de tener en cuenta que nuestros pensamientos crean nuestra realidad, es decir, según pienso me siento y según me siento actúo, por tanto sería fantástico darnos cuenta de aquellos patrones de pensamiento que se repiten y que en ocasiones generan estados emocionales no deseados para tener así la opción de cambiarlos. De esta manera, podríamos crear pensamientos y sentimientos nuevos que nos permitan sanar.
Por otro lado, hemos de saber que la manera en la que enfocamos nuestra atención puede ser fuente de equilibrio o desequilibrio en nuestras vidas, es decir, allá donde coloquemos nuestra atención irán nuestras emociones o energía, por ello enfócate en lo que quieres, no en lo que temes. Cuando uno cambia la forma de ver las cosas, las mismas cosas cambian.
Otra cosa que no podemos descuidar y que tiene un fiel reflejo en nuestras emociones es la utilización del lenguaje, las palabras poseen un enorme poder a la hora de afectar el tipo de experiencias que creamos, las palabras no se las lleva el viento crean realidades, para ello utiliza palabras que generen en ti emociones positivas. Aprende a tener paciencia y comprensión contigo mismo, utiliza un lenguaje que te motive y reconforte y deja a un lado la crítica y el juicio. Conviértete en tu mejor aliado.
Y para momentos en los que sientas que la emoción te embargó de una forma no desea muévete, fuerza la sonrisa, respira, medita libera tu mente, encuentra tu mejor estrategia y sobre todo se comprensivo contigo mismo, comprende que muchas de estas emociones no son más que patrones aprendidos automáticos.
A estas alturas, ya habrás podido darte cuenta que muchas piezas van encajando en el puzzle del bienestar, por ello, si poco a poco vas introduciendo cambios en la alimentación que reequilibren tu microbiota o cambios en tu entorno de luz que ajusten tus ritmos circadianos, podrás darte cuenta también como todo ello a su vez impactará de forma positiva en tus emociones.
Ánimo tu puedes, se paciente, ve implementando cambios a tu ritmo, todo irá encajando, solo necesitas creer que tu puedes hacerlo.