El agua representa el 65% de un ser humano y el 90% de las macromoléculas presentes en los sistemas biológicos, sin agua no existiría la vida.
Dentro del rango de temperatura y presión ambiental, el agua se encuentra en tres estados físicos de agregación convencionales, más uno: sólido (hielo), líquido (agua líquida), gaseoso (vapor de agua) y semicristalino (agua biológica / estructurada).
El agua estructurada se caracteriza por tener una organización molecular diferente a la del agua común. En lugar de estar en constante movimiento y desorden, las moléculas de agua estructurada están dispuestas en una matriz más ordenada y coherente. Esta estructura más ordenada facilita una mejor interacción con las células del cuerpo, lo que se traduce en una mayor eficiencia en la absorción y utilización de agua y nutrientes, aumento de la energía, una mayor y mejor eliminación de desechos y toxinas en el interior de las células, así como una mayor hidratación debido a que penetra más fácilmente en las células, promoviendo una hidratación celular más profunda y efectiva
Por otro lado, el agua estructurada y el agua biológica en nuestras células comparten características y propiedades similares que son fundamentales para el correcto funcionamiento celular y la homeostasis en nuestro organismo. Son estas similitudes en su estructura y propiedades las que hacen que el consumo de agua estructurada sea potencialmente beneficioso para la salud y el bienestar general.
